miércoles, 1 de junio de 2011

GUSTAV KLIMT

Juventud y formación
Gustav Klimt posando frente a su taller
 Gustav Klimt nace en Baumgarten, localidad cercana a Viena en 1862. Hijo de Ernst Klimt, un orfebre y grabador de origen bohemio, pronto muestra inclinaciones artísticas, como el resto de sus hermanos varones.
Gracias a su temprano talento, recibe a los 14 años una beca para estudiar en la Escuela de Artes y Oficios de Viena, donde se forma como pintor y decorador de interiores hasta el año 1883.
Hacia 1880, junto a su hermano Ernst y un amigo común, Franz Matsch, ya realiza pequeños encargos como pintor y poco tiempo después, ya de manera autónoma, la decoración pictórica interior en grandes edificios públicos de la Ringstraße, importante avenida que rodea el centro de Viena.
En 1888, recibe la Orden de Oro al Mérito y es nombrado miembro honorario de las universidades de Múnich y Viena.
A principios de la década de 1890 mueren su padre y su hermano Ernst, lo que le impide pintar durante casi 6 años. Durante esta misma época, conoce a Emilie Flöge, quien será su compañera hasta el final de su vida. Ambas circunstancias hacen que su estilo academista previo cambie por completo y se encamine hacia su personalísima manera de pintar, creando una variante austriaca del Modernismo.


La Wiener Sezession
Palacio de Exposiciones de la
 Wiener Sezession
  En 1897, Klimt se convierte en presidente y miembro fundador de la Wiener Sezession, grupo de artistas que surge como alternativa independiente a la Academia de Viena, entre cuyos miembros se encuentran pintores naturalistas, realistas y simbolistas. Entre sus objetivos se cuentan la promoción de jóvenes artistas, la exhibición de obras extranjeras y la publicación de una revista en la que mostrar las obras de los miembros del movimiento. A diferencia de la mayoría de los grupos de vanguardia de la época, la Secesión nunca redacta un manifiesto y toma a Palas Atenea, la diosa griega de la sabiduría y la justicia, como su símbolo. Si bien sus obras son generalmente detestadas por el público, recibe cierto apoyo institucional, que se materializa en la construcción de una sala de exposiciones propia en un solar cedido por las autoridades. Klimt permanece como miembro de la Secesión hasta 1908.

A finales de siglo, comienza tres pinturas encargadas para decorar el techo del Aula Magna de la Universidad de Viena, Filosofía, Medicina y Jurisprudencia. Adoptando las formas clásicas de la alegoría y el simbolismo, Klimt las transforma con su lenguaje plástico, abiertamente sexual y provocativo. Dura y ampliamente criticadas, estas pinturas no llegan a instalarse y desde ese momento, el artista no vuelve a aceptar encargos públicos. 
  
Filosofía, Medicina y Jurisprudencia
  
Detalle del Friso Beethoven
  Su estilo se define totalmente en 1899, cuando pinta su Nuda Veritas, un provocador desnudo frontal femenino que desafía a sus críticos más conservadores.

Con motivo de la XIV exposición del movimiento secesionista, Klimt finaliza en 1902 el Friso de Beethoven, homenaje al compositor alemán. Al año siguiente, Klimt visita Florencia, Venecia y Rávena, donde descubre los mosaicos bizantinos que posteriormente marcarán su producción pictórica. Es en este punto donde comienza su madurez como artista.
 
La etapa dorada

El árbol de la vida, mural del Palacio Stoclet
 Tras la vuelta de su viaje por Italia, Klimt participa en la decoración del Palacio Stoclet, cuya aportación en forma de murales representa según su propias palabras "posiblemente el último paso de mi desarrollo de la ornamentación". Sin embargo, las obras más reconocidas de esta etapa son el Retrato de Adele Bloch-Bauer I (1907) y El beso (1907-1908). Ambas comparten la incorporación del pan de oro a la pintura, técnica que ya había utilizado en su Pallas Athene (1898) y en su Judith I (1901), y el uso masivo de la ornamentación como elemento primordial de su lenguaje pictórico. Esta etapa también se caracteriza por la progresiva reconciliación con la crítica y un enorme éxito comercial.

El beso, Pallas Athene y Retrato de Adele Bloch-Bauer I

Vejez y legado
En 1911, Klimt recibe el primer premio de la Exposición Universal de Roma por su obra La vida y la muerte.
Siete años más tarde, en 1918, muere a los 55 años tras sufrir un infarto, una neumonía y la llamada gripe española. A su muerte, deja inacabadas gran cantidad de obras.
La vida y la muerte
Durante la II Guerra Mundial, un número considerable de sus obras son confiscadas por el régimen nazi, que posteriormente son destruidas al ser incendiado el castillo que las alberga, para evitar así que caigan en manos de los aliados.
Las obras de Klimt han batido algunos récords en lo que se refiere a los precios alcanzados en subastas. En 2006, por ejemplo, el primer Retrato de Adele Bloch-Bauer es vendido por 135 millones de dólares, convirtiéndose en la tercera obra de arte más cara de la historia.

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