A la hora de aplicar la materia pictórica, Klimt lo hace de dos maneras bien diferenciadas. Por una parte, para la figura femenina y el fondo de tonos azulados de la parte inferior del cuadro, utiliza pinceladas ligeras, sueltas, curvas, creando formas nebulosas, imprecisas. El contorno de la parte inferior del cuerpo desnudo se funde con las formas ondulantes que lo rodean, consiguiendo diferenciarse de él sólo por medio del contraste cromático existente entre ambos. Por el contrario, el torso y la cabeza de la mujer adquieren volumen y definición, se separan del fondo situado a su espalda gracias a que éste ha sido pintado por medio de pinceladas más precisas y prietas, creando áreas de color más sólidas y formas definidas, aunque de nuevo sin contornos dibujados.
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