miércoles, 1 de junio de 2011

SIMBOLISMO


Muchas de las obras de Gustav Klimt, como es el caso de esta Nuda Veritas, pueden encuadrarse dentro del movimiento del Simbolismo, que recupera, a finales del siglo XIX, la utilización del símbolo y de la iconografía en la pintura, sin cuyo conocimiento no puede entenderse el significado de la obra.
Podría decirse que la seductora verdad de Klimt es una nueva Eva, aunque no es seducida por la serpiente si no que la vence y la tiene rendida a sus pies, y que ofrece esta vez, en lugar de una manzana, un espejo en el que el espectador debe encararse consigo mismo. Porque el espejo está tradicionalmente relacionado con  la verdad, sólo refleja lo que ve, destruyendo máscaras y artificios.
El cabello rojo de la mujer, y más aún su vello púbico, se muestra como un elemento deliberadamente provocativo y seductor. El rojo como color de los pecados carnales, de una sexualidad desinhibida que pretende escandalizar y desafiar a sus detractores. Un desafío que se ve reforzado por la frase del poeta Friedrich von Schiller que aparece sobre su cabeza:

Si no puedes agradar a todos con tus méritos y tu arte, agrada a pocos. Agradar a muchos es malo.


Esta cita sustituye a la que apareciera un año antes sobre la cabeza de la Nuda Veritas de la revista Ver Sacrum, del también poeta alemán Leopold Schefer, sin duda mucho menos polémica:
La verdad es fuego y hablar de verdad significa
 iluminar y quemar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario